Agroclimatóloga UOH explica el impacto de un año seco en la agricultura y la ganadería

26 septiembre, 2021
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Este 2021 prácticamente no hubo precipitaciones en la zona central, donde se desarrolla la mayoría de la actividad agrícola y ganadera del país. Esto, sin duda, tendrá efecto sobre la agricultura y la ganadería, según explicó la investigadora Postdoctoral del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad Estatal de O’Higgins (UOH), Viviana Tudela.

Por Equipo de Preservar/Agencias.

“Las consecuencias de un año seco son muy variadas, partiendo por lo más inmediato que son los sistemas naturales, donde tenemos menor desarrollo de plantas, puede que esas plantas no logren tener semillas o que no sean de buena calidad. Esas plantas alimentan a animales, y a veces al ganado que tiene que alimentarse de las praderas naturales”, explicó la experta en agroclimatología.

Tudela añadió que lo anterior “implica un impacto económico y si esto es reiterado, va generando poca sustentabilidad en los sectores rurales lo que deriva en una potencial migración de las zonas rurales a la ciudad”.

La ingeniera agrónoma enfatizó que “no digo que esto esté pasando de manera masiva, pero sí puede ocurrir en el futuro si esta situación continúa. En el 2019, vimos en la región de Coquimbo muerte de ganado; corte de suministro eléctrico en los 90′; y todos hemos sido testigos de las luchas por el agua en la Región de Valparaíso y la escasez en la zona rurales. La escasez de agua no solo está afectando sistemas naturales, sino que está afectando para el uso del consumo humano y eso afecta a las zonas rurales donde la vida no puede ser sustentada”.
La doctora en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias comentó también que, de acuerdo con el pronóstico estacional de la Dirección Meteorológica de Chile, la precipitación en primavera estaría bajo lo normal, y, por el contrario, las temperaturas máximas estarían por sobre lo habitual.

En ese contexto, detalló, se debe entender la megasequía que afecta al país considerando la naturaleza de la atmósfera, “ya que es muy dinámica y lo que pasa en un lugar está relacionado con lo que pasa en otros. Principalmente diferencias de presión, corrientes oceánicas, temperatura del océano y los cambios de presión desencadenan los fenómenos atmosféricos. En particular, en Chile, la precipitación está muy determinada al ciclón del Pacífico y, con lo que conocemos todo con el fenómeno del Niño y la Niña que está relacionada con una corriente oceánica en el Pacífico”. Además, indicó que está afectando al país la llamada «Mancha Cálida», que es una zona de aguas cálidas en el sudeste de Nueva Zelanda, que dificulta los sistemas frontales que vienen desde el sur y no logran pasar a la zona central.

Mayor conciencia

Tudela comentó que como sociedad hemos sido testigos de las luchas por el agua en la zona interior de la Región de Valparaíso, “en donde la cuenca no tiene regulación y hay problemas legales”.

Agregó que la escasez del vital elemento en las zonas rurales “muchas veces tiene que ver con el abastecimiento a través de pozos, pero ha llegado a tal punto que no solo está afectando sistemas naturales, sino que está afectando el uso del consumo humano”.

Además de la falta de precipitaciones, también genera consecuencias negativas que caiga menos nieve en un invierno en particular o en varios inviernos: “Es muy grave y será una tendencia en el futuro. Es algo muy, muy grave. La nieve es el recurso que tenemos en la zona central para abastecernos del agua durante el período que hay más demanda y en donde más lo necesitamos, ya que no hay aporte directo de precipitación. Tenemos una alta demanda evaporativa en los sistemas naturales, tenemos una alta demanda por la agricultura, ya que gran parte de los cultivos están activos en primavera-verano. Nuestro consumo como población aumenta en verano, por lo tanto, es una situación bastante crítica y muy grave”.

La experta lamentó que aún no exista conciencia respecto de la situación del agua. “Es un poco insólito a estas alturas, pero nunca está demás hacer recomendaciones que permitan generar un cambio en los ciudadanos. Por ejemplo, no dejar el agua corriendo cuando uno se lava los dientes o cuando uno lava la loza. Ser eficiente en el uso del agua es lo que podemos hacer como ciudadanos, porque la situación es tan grave que podría tener impacto en temas de migración hacia las ciudades y eso requiere de decisiones de mayor peso y no solo de tipo individual”.

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