Alex Barra, Director Carreras Prevención de Riesgos Duoc UC Valpo: Seguridad y fiscalización
El uso de EPP es transversal a todas las actividades económicas que se desarrollan en nuestro país, y abarca la minería, construcción, generación y distribución de energías, agricultura, ganadería, industrias alimentaria y química, puertos y aeropuertos, en fin, en todas las áreas, de una u otra forma, se requiere el uso de protección, cada una con sus propias necesidades.
Por Equipo de Preservar.
¿Qué importancia reviste que empresas de distintas industrias se preocupen de la seguridad de sus trabajadores?
Si nos ponemos en función de nuestra carta fundamental, tan de moda en las conversaciones sociales previas a la aparición del COVID-19, en la Constitución Política de la República de Chile se asegura a todas las personas el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica. Por otra parte, la protección de los trabajadores es una obligación establecida por el Código del Trabajo, que busca que los empleadores, bajo su cuenta y riesgo, se hagan responsables del cuidado de la vida y salud de estos en circunstancias laborales, tomando todas las medidas que sean necesarias para hacerlo, toda vez que haya un contrato que valide la relación laboral (de ahí la importancia de que la entidad empleadora mantenga un contrato vigente con sus trabajadores y el derecho de estos a exigirlo) entre empresas y sus dependientes, pensando principalmente que la seguridad está relacionada a la disminución de los accidentes del trabajo y sus consecuencias.
El año 2019, en nuestro país ocurrieron más de 158 mil accidentes del trabajo, en promedio unos 432 accidentes por día, 18 por hora. Una cifra muy preocupante. Además de la importancia que impone la normativa legal vigente, hay una responsabilidad social y debería ser un deber moral la protección de otro ser humano, independiente de las relaciones contractuales que existan entre ellos. Así, un padre debería velar por la seguridad de su hijo, de su familia y de sus cercanos, de esa forma, podemos construir una mejor sociedad, más allá de las obligaciones.
¿Qué se entiende por seguridad industrial?
El concepto de seguridad industrial, se entiende como “arte, ciencia y técnica que se ocupa de reconocer, evaluar y controlar los riesgos de accidentes del trabajo.” (Torres Parra, 2000, p.6). En ese sentido, cabe también mencionar la definición de accidente del trabajo, según la Ley N° 16.744, art. 5°, la que indica que corresponde a “toda lesión que una persona sufra, a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte”. Desde ese punto de vista, cualquier actividad, medida o gestión que se manifieste en favor de evitar que los trabajadores sufran alguna lesión derivada de un incidente, se entenderá como seguridad industrial. Por otro lado, la parte que se dedica a proteger a la salud del trabajador, hoy recibe el nombre de “Salud Ocupacional”, lo que involucra distintas disciplinas, como la medicina del trabajo, ergonomía, higiene industrial, entre otras.
¿Cómo estamos en Chile en este tema?
En las últimas décadas, a nivel nacional se ha visto un cambio positivo hacia la conciencia, tanto de las empresas como de los propios trabajadores, respecto de la importancia que tiene la seguridad para el desarrollo de su actividad económica. Tanto es así, que hoy muchos trabajadores exigen sus medidas de protección (la entrega de sus implementos de seguridad, recibir capacitación o instrucciones de seguridad, entre otras) a la hora de ingresar a sus labores, mostrando claramente un cambio en la forma en que se visualiza a la seguridad.
Muchas empresas invierten fuerte en este ítem, partiendo por la contratación de expertos en prevención de riesgos, mejorando sus instalaciones, equipamiento, saneamiento de condiciones sanitarias y ambientales, adoptando medidas para el desarrollo de tareas críticas, o en casos más formales, implementando sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo, bajo estándares internacionales. Existen otros casos donde el resguardo de la seguridad y la salud de los trabajadores es un mero trámite, algo con lo que hay que cumplir para evitar una multa; y otras situaciones donde no hay ningún tipo de preocupación más que el pago de las cotizaciones obligatorias a la mutualidad en la que la que se está adherida. Adicionalmente, es importante mencionar que el sistema tampoco tiene una cobertura del 100% de las empresas, lo que deja a la deriva a muchos trabajadores frente a la ocurrencia de un accidente, lo que los pone en una situación bastante vulnerable. Esto está relacionado evidentemente con la precariedad laboral que presenta actualmente nuestra alicaída economía.
¿Qué hace falta para avanzar más en este ámbito?
Para avanzar en tener mejores resultados, falta mucho camino por recorrer. Donde hay mayor soporte, es en lo que a normativa se refiere. Tenemos un marco regulatorio amplio, que se encarga de muchos de los temas más relevantes asociados a esta temática. No obstante, falta un trabajo más exhaustivo en la creación de normas que estén más cercanas a la realidad de las empresas, a los tiempos y a los trabajadores. Tanto la Ley N°16.744 así como algunos de sus decretos relacionados, tienen poco más de medio siglo, lo que es una muestra clara de la necesidad de revisar nuestra normativa, hacerla más actual, más cercana. Por otra parte, a pesar de tener una amplia gama de normas, hay un bajo nivel de fiscalización por parte de las entidades llamadas a cumplir con este deber, lo que hace que muchas empresas por un largo tiempo no tengan ningún tipo de auditoría sobre el cumplimiento del marco regulatorio, dejando tierra fértil para desviaciones, por lo que es fundamental aumentar, tanto el número como la frecuencia de las fiscalizaciones.
Si hablamos de educación, efectivamente esta es la base del comportamiento humano, en donde radica principalmente el origen de los incidentes. Es por ello que la educación en prevención de riesgos debería venir incluida en los programas educacionales de educación básica, donde los niños desde pequeños entiendan lo importante que es protegerse de los peligros que los rodean y fomentar comportamientos seguros, para que el día de mañana, cuando ese niño o niña sea un empleado, tenga incorporadas las ideas de cuidado de su propia integridad física y psíquica.
¿Qué tipo de productos son los que se comercializan en esta área?
Existe una amplia oferta de productos y proveedores de equipos de protección, ya sea para las personas como para las instalaciones, tanto a nivel local como nacional. Una parte de esa oferta es fabricada en Chile, no obstante, la mayor parte es importada, principalmente desde el mercado asiático. Hay para todos los gustos y para todos los bolsillos. La recomendación es que cada empresa defina, en conjunto con su asesor en prevención de riesgos, cuál es la mejor alternativa para las necesidades de esta, donde siempre debe primar el criterio técnico por sobre el económico, ponerse en contacto con uno o varios proveedores y establecer una relación estrecha, con el fin de facilitar el aprovisionamiento en tiempos complejos como el que vivimos actualmente.
De todas formas, más allá del uso de elementos de protección personal (EPP), lo importante para prevenir consecuencias derivadas de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, debe ser respetar un orden de decisiones que tienen mayor efectividad que el solo uso de los EPP, tales como: la eliminación de factores que pueden generar incidentes, sustitución de procesos, productos u otros por aquellos que tengan un menor riesgo, diseño de medidas de ingeniería o controles administrativos, como turnos, modificación de horarios, rotación de trabajos, entre otros.
¿Qué industrias son las que más requieren EPP?
El uso de EPP es transversal a todas las actividades económicas que se desarrollan en nuestro país, y van desde la minería, construcción, generación y distribución de energías, agricultura, ganadería, industrias alimentaria y química, puertos y aeropuertos, en fin, en todas de una u otra forma se requiere el uso de protección, cada una con sus propias necesidades. Sin ir más lejos, hoy se ha puesto gran énfasis en EPP que habitualmente se usaban en los servicios de salud o en el rubro de la preparación de alimentos, llegando a usarse en gran parte de los trabajos para evitar contagios por Coronavirus, sobre todo en aquellos que tienen que ver con el contacto con personas, lo que ha aumentado de forma explosiva la demanda, con el consiguiente efecto del alza de precios y la escasez de productos.