CO2 y sus indeseados efectos: calentamiento global y mala calidad de aire intradomiciliario
La ONU decretó que cada 28 de enero se celebre el día Mundial por la Reducción de las emisiones de CO2, para debatir soluciones a la problemática. En 2 años de pandemia, las emisiones de este gas de efecto invernadero han disminuido un 5.3%.
Por Equipo de Preservar/Agencias.
El Dióxido de Carbono es un gas, cuya presencia en nuestro planeta, hace que se retenga el calor que irradia el sol a la superficie terrestre, creando una especie de invernadero –de ahí la denominación- con el cual, la tierra adquiere el calor necesario para mantenernos con vida, sin embargo, cuando esto sobrepasa los límites, el efecto va directamente en nuestra contra.
Una de las principales metas para reducir el efecto invernadero que produce el calentamiento global es disminuir las emisiones que de CO2, así como de otros gases. La actividad productiva como la quema de combustibles fósiles en el transporte, en las industrias, en la generación de energía, en calefacción, así como evitar la deforestación, son algunas de las medidas que la sociedad global debe tomar.
En Chile, según Data Intelligence,, las regiones que lideran negativamente con elevados índices de CO2, son la RM (duplicando incluso a sectores en donde hay mayor presencia minera como la región de Atacama) seguida de las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Biobío y en último lugar Atacama.
Contribuir en reducir la huella de carbono es sumamente importante y urge generar cambios para combatir el daño que hemos causado. Concientizar, realizar acciones simples como el reciclar, reducir el uso de transporte privado, caminar o usar bicicletas, son algunas simples medidas que el ciudadano de a pie puede tomar para disminuir la emisión de CO2. En cuanto a las grandes empresas, estas también deben hacerse responsables por la cuota de contaminación que a ellos corresponde y comprometerse aún más a controlar sus emisiones contaminantes.
No solo efecto invernadero, también afecta la calidad de aire interior
Tanto en oficinas, hogares, y otros recintos cerrados, el CO2 debe ser controlado ya que en altos niveles es sinónimo de espacios mal ventilados. Una buena alternativa para ello es el uso de sensores de monitoreo de gases, los cuales emiten alarmas que permiten saber de inmediato si la ventilación de un lugar es o no la adecuada.
En nuestro país, el Ministerio de Salud y la Subsecretaría de Salud Pública, han dispuesto, mediante la Resolución 644 Exenta, que bajo las 700 ppm (partículas por millón) se considera una buena calidad de aire, cifra que nos sirve de referencia para saber si un lugar requiere urgentemente generar mayor flujo de aire. Un instrumento muy útil en enfermedades que se trasmiten por aerosoles como la Covid-19. Además, las altas concentraciones de Co2 producen efectos indeseados en las personas como la somnolencia, a causa del desplazamiento del oxígeno, volviéndose el aire mucho más pesado.
Para ello, se necesita contar con sensores capaces de monitorear los niveles de CO2 en entornos de interiores y otros parámetros para determinar la calidad del aire. Felipe Valenzuela, gerente de climatización de Jonas Ventilación, señala que, “los sensores no previenen ningún tipo de enfermedad de manera directa, pero contribuyen a mantener niveles de CO2 bajo control, esto gracias al funcionamiento de advertencia similar al de un semáforo que va indicando que tan bueno (verde), regular (naranjo) o malo (rojo) está la calidad del aire de un lugar y si es necesaria ampliar la ventilación del mismo”.