Construcción industrializada: hacia un nuevo estándar en sustentabilidad, seguridad y productividad
Ya hay diversas empresas que se han migrado hacia la construcción industrializada y otras tantas que nacieron siendo industrializadas. Muchas de ellas hoy forman parte del Consejo de Construcción Industrializada (CCI), impulsado por Construye2025.
Por Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo.
Hoy vemos varias ventajas en este tipo de construcción no tradicional. Por ejemplo, industrializar procesos tiene mejoras significativas en los índices de productividad, porque las labores que se realizan en una misma obra se trasladan a un ambiente controlado, en el que se aseguran el control de calidad de las materias primas, de la fabricación del elemento, así como de la gestión y administración.
El desarrollo de industrias prefabricadoras de componentes abre todo un frente de oportunidades, donde al producirse elementos bajo condiciones controladas, con procesos repetitivos, secuenciados y con mano de obra especializada, el resultado es mucho más rápido, preciso, limpio y, por tanto, más eficiente y competitivo.
En términos muy generales, porque en realidad depende de varios factores, se logran ahorros en torno a 30% de tiempo en obra y 20% en costo final. Pero esto es función de aspectos tales como cuán integrado está el diseño con las especialidades, el uso de herramientas digitales como el BIM, el uso de prefabricados y la programación, en general, de la obra como proceso productivo. En casos más extremos, se pueden erguir edificios por sobre 50 pisos en solo días, tal como lo ha demostrado China en varias ocasiones.
La industrialización permite una construcción más sustentable
Y sin duda, la ventaja que se hace más evidente es la reducción -casi total- de residuos, puesto que la obra se planifica de una manera mucho más eficiente y por el hecho de intervenir elementos prefabricados, estos se reducen drásticamente.
La razón de esta minimización de residuos en obra está en que los procesos de transformación de materiales ocurren en plantas manufactureras, bajo condiciones controladas y previamente diseñadas. De esta manera, cuando la obra es intensiva en prefabricados, generalmente esto se traduce en procesos de montaje, a través de los cuales se prescinde de residuos, tales como despuntes, cortes, limaduras, restos de aislación, tuberías, recipientes de pintura y una larga lista de etcéteras.
Por otro lado, los procesos industrializados conllevan bastante menos ruido, lo que, sumado a la mayor rapidez, implica menor impacto al entorno, menos camiones, menos polución ambiental, debido a polvos en suspensión y ruedas de camiones. Con lo que, además de la reducción de residuos, se disminuye en total, en forma significativa, el impacto a los vecinos. Esto es especialmente relevante en áreas residenciales, pero crítico en zonas comerciales de alta densificación.
En países como Singapur, existe un altísimo grado de exigencia a la constructabilidad de las obras. Si no cumples con una minimización total de los factores de impacto al entorno, no puedes construir porque no tienes permiso.
Por otra parte, está el resultado final. Obras de mayor estándar de calidad, mejor coordinadas desde el diseño, resultan en edificios mucho más eficientes, funcionales y de menor costo de operación, gracias a la eficiencia energética y la mantención planificada.
Ya no es siquiera concebible un edificio que requiere enormes cantidades de energía para iluminar interiores o climatizar, hoy todo se optimiza y se hace funcional para un nivel de alto estándar de habitabilidad, además. Para esto hay diversas certificaciones de sustentabilidad, tanto para edificios y viviendas, que dan garantías al usuario final sobre el confort interior y costo del mismo.
Por esta y otras razones, en Construye2025 estamos totalmente convencidos de que una vez se alcance a elevar como un nuevo estándar la construcción industrializada, será difícil volver atrás.