Construye2025: Gestión de residuos en obras nuevas
La publicación de las respuestas a las observaciones hechas al documento “Hoja de Ruta para la Gestión Sustentable de los recursos y residuos, RCD, para una Economía Circular en Construcción” es uno de los últimos pasos que hemos cumplido como programa en nuestro camino para seguir impulsando la construcción sustentable y la economía circular.
Por Alejandra Tapia, coordinadora de sustentabilidad de Construye2025.
De hecho, estamos muy contentos con la participación del sector privado. Las observaciones corresponden en su mayoría a la implementación y a las metas que se plantearon en el documento, las que se consideraban un poco ambiciosas, por lo que las revisamos y las bajamos de 2045 a 2035, lo que de todas maneras se deberá trabajar en los planes sectoriales de cada ministerio. Además, se demuestra en las observaciones que hay una gran preocupación por el cambio climático y el impacto del sector. Y por último, nos queda la conclusión de que debemos generar una gobernanza para la implementación de esta Hoja de Ruta.
En cuanto a los avances, un fruto temprano ha sido la formación de una mesa pública para el desarrollo de un reglamento sanitario para el manejo de los RCD, valorización y disposición final, liderado el Ministerio de Salud, más la participación de la Subdere y el Comité Consultivo Público, conformado por MOP, Minvu, MMA, Corfo y Construye2025.
Y es que la construcción sustentable ha tenido una evolución importante en Chile. Antes de la gestión de residuos de demolición y construcción (RCD), hemos avanzado en la incorporación de energías limpias y renovables, y eficiencia energética; sin embargo, hoy tenemos grandes desafíos en torno al cambio climático, reducir nuestra huella de carbono e incorporar la economía circular a nuestros procesos productivos.
Hoy, la principal problemática es la economía lineal que se basa en extraer, fabricar y construir, luego de desechar y demoler. Los nuevos desafíos globales vinculados a la disponibilidad de materias primas, agua y energía, movilizan a las empresas hacia un cambio de paradigma, en el que la economía circular es una clara oportunidad de creación de valor.
Mirada transversal de los residuos
Se estima que los RCD equivalen al 34% de los residuos sólidos; no obstante, no existen cifras actualizadas. La falta de información va en desmedro del diseño de políticas públicas y el desarrollo de mercados en torno a la valorización de los mismos. Actualmente, es necesario mirar a problemática actual de los residuos de la construcción y demolición (RCD) desde las tres dimensiones del desarrollo sustentable: económica, ambiental y social.
En cuanto a los impactos de su gestión, desde el punto de vista económico, los residuos de la construcción son ineficiencias de los diseños y procesos constructivos, parte importante de las empresas constructoras no mide su generación, y solo considera el valor de disposición por metro cúbico, no tomando en cuenta la pérdida de materiales y los reprocesos, así como la logística interna y las partidas de aseo, entre otras.
Desde el punto de vista ambiental, la inadecuada disposición y falta de trazabilidad, tiene consecuencias en la generación de vertederos ilegales, donde muchas veces los RCD van mezclados con residuos peligrosos, entre ellos el amianto (asbesto cemento). Las consecuencias son el daño al medioambiente, a la salud de las personas y la generación de vectores.
En cuanto a lo social, se hace evidente la inequidad a nivel territorial muchas de las comunas en las que se generan los RCD no cuentan con iniciativas para controlar su trazabilidad, y van a parar a espacios públicos y sitios eriazos, donde es la municipalidad receptora la que se tiene que hacer cargo. Un ejemplo es la comuna de Puente Alto, la que gasta 2, 5 veces en limpiar los escombros sobre la inversión que realiza en áreas verdes, contando con solo 1,5 m2 de áreas verdes por habitantes, siendo que la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 9 m2 de áreas verdes por habitantes.
Derribar mitos
El principal mito que existe en torno a la gestión de los residuos de la construcción en obras nuevas es que es implica un costo adicional a la obra, no obstante, la experiencia demuestra que al tener un plan de gestión de residuos las empresas constructoras miden su generación y toman conciencia de los costos reales que implica su volumen. Un ejemplo es que al eliminar los residuos de distintos tipos mezclados, se produce un esponjamiento de al menos un 30%, lo que se traduce en mayores costos de disposición final y transporte. El solo hecho de realizar su gestión separándolos por tipo para su valorización o disposición final, se traduce en un ahorro de costos de más de un 30%.
Los ahorros que perciben algunas constructoras al realizar gestión de residuos, en el presupuesto para disposición final, alcanza entre un 25% y 50%. Al medir la generación y el tipo de residuos, se toma conciencia de los desperdicios que se producen por trabajos rehechos y aspectos como una inadecuada organización del trabajo, la fragmentación de las secuencias constructivas, la falta de estandarización, entre otros. Por tanto, si se suman medidas de mejora como de la optimización de materiales, prearmados, modulación de componentes, se reducen considerablemente los residuos, además de evitar la eliminación mediante la valorización: reducción, reutilización y reciclaje de materiales.
Actualmente, el costo de disposición final en lugares autorizados fluctúa entre $8.000 y $12.000 por metro cúbico; sin embargo, un estudio de la Pontificia Universidad Católica (Bravo, et al., 2019) determinó el valor real del metro cúbico, considerando las etapas de obra gruesa y terminaciones, tomando en cuenta las pérdidas de materiales y otros aspectos, podría alcanzar en promedio los $50.000 el metro cúbico.
En conclusión, implementar la gestión de residuos en obra se relaciona a un cambio en la forma de trabajar, más que en un aumento de costos, así lo ha comprobado la experiencia de constructoras como Claro Vicuña Valenzuela, Viconsa (V Región), Suksa (RM), Ebco y Axis DC (X Región), por nombrar algunas, que están haciendo cambios disruptivos en la forma de abordar los RCD, enfocándose en una mayor eficiencia de los recursos.