Consumo suntuario del agua y nueva realidad hídrica
La cuenca de Santiago sigue atravesando una situación de sequía y este problema ha sido abordado por los usuarios del río Maipo, los que ya han acordado la redistribución de sus caudales en beneficio del consumo de la capital.
Por Natalia Dasencich, Encargada de Asuntos Legales de la Junta de Vigilancia del Río Maipo.
Contrario a lo que comúnmente se piensa, el sector agrícola está apoyando a la ciudad de Santiago con el 80% del total de los caudales del río Maipo. Eso significa que hoy los canales de riego están prácticamente secos, por la baja cantidad de agua que reciben. Esto ha afectado particularmente a los cultivos de invierno como lechugas, zanahorias, acelgas y, muy particularmente, a aquellos pequeños agricultores de zonas como Melipilla, Paine, Buin y San Bernardo, que no cuentan con obras de almacenamiento o pozos de respaldo, y que además producen para nuestro consumo interno.
Mega sequía
Ya el sacrificio que están haciendo es tremendo. Por ello, debe corregirse el mito de que el consumo de la Región Metropolitana se explica mayoritariamente por el gasto agrícola y productivo. Esto no es así. Con la mega sequía, en cuencas sobrepobladas como el Gran Santiago, el sector urbano se lleva hasta un 80% del río. Si la ciudad ahorra entre un 10% y 15%, se podrá embalsar más para el próximo verano y se daría un respiro a la producción de hortalizas, esencial para el abastecimiento de la capital.
Por ello, es urgente sensibilizar a la ciudadanía para disminuir a todo nivel el consumo suntuario de aguas, es decir, el destinado al riego de grandes extensiones de pastos y riego automático indiscriminado. Algunas comunas más acomodadas de la Región Metropolitana presentan un consumo promedio de agua por persona de hasta 500 litros diarios, cuadruplicando lo necesario según estándares internacionales, en circunstancias de que bastaría con 100 litros diarios para cubrir el derecho humano al agua, según la OMS.
En definitiva, si bien la Junta de Vigilancia del Río Maipo ha hecho su máximo esfuerzo por priorizar los requerimientos de la ciudad, no podemos seguir eludiendo la realidad que bajo éste se esconde un consumo suntuario que causa daños a otros. Urge buscar mecanismos que gestionen la demanda y pongan fin a estas prácticas de riego que ya no son compatibles con nuestra nueva realidad hídrica.