El cambio climático en manos del átomo más simple: El rol del hidrógeno verde
Para nadie es un misterio el potencial renovable que tiene nuestro país. Chile es la Arabia Saudita de las fuentes renovables de energía, pues tiene un potencial que alcanza los 1800 GW, fundamentalmente sustentado por el potencial solar y eólico. Las fuentes renovables de energía no son gestionables por sí solas, allí es donde el hidrógeno verde puede jugar un rol fundamental. La producción de hidrógeno verde se realiza a partir de la electrólisis del agua, siendo suministrada energía renovable libre de emisiones de CO2.
Por Dr. Lorenzo Reyes-Bozo, Director Ingeniería Civil Química, Director Grupo de Investigación en Energía y Procesos Sustentables Universidad Autónoma de Chile.
El hidrógeno verde es la base para producir combustibles sintéticos, los cuales, pueden reemplazar al petróleo y sus derivados. Los combustibles sintéticos o e-fuel son hidrocarburos producidos a partir de dióxido de carbono (CO2) e hidrógeno verde (H2) como únicas materias primas. El proceso requiere de energía, la cual se debe proveer de fuentes renovables. Los combustibles sintéticos permiten una reducción significativa de las emisiones de CO2 respecto de las emisiones generadas por el uso de combustibles fósiles.
Reducción de las emisiones de CO2
Basado en el análisis de ciclo de vida, las emisiones de CO2 se pueden reducir por sobre un 70%. Los combustibles sintéticos también poseen una mayor densidad energética respecto de las baterías, por ello, pueden ofrecer una solución a aquellas aplicaciones donde la electricidad aún no tiene una respuesta, por ejemplo, en la aviación y el transporte marítimo. Con ello, el hidrógeno verde permitirá una rápida transición hacia cero emisiones, ayudando a detener el cambio climático y dando el tiempo necesario para desarrollar la economía del hidrógeno y el cambio tecnológico necesario para contar con sistemas que utilicen este hidrógeno como único combustible.
En los últimos días, se han establecido los objetivos y desafíos de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, la cual, establece que en el año 2025 se espera contar con 5GW de capacidad de electrólisis, para el año 2030 producir el hidrógeno verde al menor precio a nivel mundial y hacia el 2040 ser uno de los tres principales exportadores de este tipo de energía.
De esta forma, se entrega la línea base que permitirá la explotación del potencial renovable y aprovechar la oportunidad histórica que tiene Chile, descarbonizando su matriz energética, ser un país independiente energéticamente y transformarse en exportador de energía a nivel global. Las condiciones son propicias para que Chile sustente su desarrollo en una fuente renovable, dejando atrás la dependencia histórica de la extracción de materiales no renovables. La industria del hidrógeno verde también permitirá hacer un cambio fundamental en nuestro principal motor de la economía, la industria del cobre. Este círculo virtuoso, nos posicionará como productores de cobre verde, apoyando de manera sostenible la electromovilidad.
Desafíos para la producción de H2 en Chile
Aún se tienen desafíos para concretar estas iniciativas. Por ejemplo, es necesario desarrollar las regulaciones y normativas asociadas al hidrógeno verde, atraer las inversiones que permitan establecer la economía del hidrógeno, desarrollar el capital humano a nivel nacional para esta nueva industria y establecer los mecanismos que permitan la I+D+i, entre otras.
Chile posee un potencial renovable envidiable, las tecnologías para la producción, almacenamiento de hidrógeno verde y producción de energía eléctrica en pilas de combustible, ya están disponibles para aplicaciones a nivel industrial. Por lo tanto, nuestro país cuenta con la materia prima necesaria (energías renovables), pero ello no es suficiente para desarrollar la economía del hidrógeno verde, que nos permita descarbonizar nuestra matriz energética, independizarnos del petróleo y, finalmente, transformar a Chile en un exportador de energía verde, renovable y sustentable.
Se requiere de políticas públicas apropiadas, el aporte de la empresa privada y la contribución científica de las Universidades. Con la triada, Estado-Empresa-Universidad, se podrá explotar el potencial renovable de energía, transformando a Chile en el líder mundial de producción de hidrógeno verde, jugando un rol crucial para el cambio climático.