Preservar

A más de 50 años de la primera celebración de El Día de la Madre Tierra, el panorama actual encuentra a la humanidad enfrentada a una pandemia global que ya lleva más de un año y que ha cobrado más de 3 millones de vidas en el mundo y más de 25 mil en Chile.

Por Equipo de Preservar.

A esta crisis epidemiológica a escala planetaria, se suman los problemas que teníamos desde antes de la pandemia, especialmente en las poblaciones más desprotegidas. Los efectos del cambio climático, la escasez de agua, la hambruna, la depredación de los entornos naturales y la consiguiente extinción de especies, nos recuerda en esta fecha el largo camino que tenemos que transitar para tener un planeta que pueda contenernos de forma sustentable.

Si bien es una norma que la vida en La Tierra tiende a renovarse a lo largo de largos ciclos de tiempo en escala geológica, la actividad humana ha ocasionado una aceleración inquietante en la pérdida de biodiversidad. La deforestación, el cambio climático, la desertificación, la escasez de agua, la contaminación del medioambiente son consecuencia de un modelo económico que extrae recursos sin considerar el daño que está ocasionando en el entorno y a las generaciones futuras.  

Dejar atrás el antropocentrismo, terminar con patrones de producción y consumo insostenibles en el tiempo en un planeta que es finito, nos lleva a plantearnos la tarea de cambios profundos en el modelo actual de desarrollo si queremos sobrevivir como especie. La Tierra tiene una data de creación de unos 4.550 millones de años y se estima que en unos 5.500 millones más termine sus días fundida en el Sol, por lo tanto, su sobrevivencia por ahora no está en discusión, sino que la nuestra como especie.