La Clave está en el aire

5 enero, 2022
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Hoy no se puede poner en duda la importancia del cuidado del medio ambiente, pues está en el centro la viabilidad de la especie humana y el planeta tierra tal como lo hemos conocido. Por ello hay total consenso de la necesidad de que los productos, maquinarias y actividades industriales, utilicen tecnologías que eviten el avance del calentamiento global.

Por Javiera Trebilcock (Directora Comercial Eurofred Chile) y Germán P. Fuentes Durán (Instructor Senior Centro de Capacitación en Refrigeración y Aire Acondicionado- CECRA Spa)

En la industria de la climatización debemos avanzar con este propósito, lo que significa trabajar en dos ámbitos: el primero, el aumento de exigencias en relación a la eficiencia energética de los equipos que se comercializan en el país y, en segundo lugar, en la regulación del mercado de los gases refrigerantes que utilizan los equipos, que inciden directamente en el calentamiento global.

Para ello es necesario unificar esfuerzos entre el sector público y el privado, ya que además del compromiso de los grandes players por privilegiar sistemas que utilizan gases que cuiden el medio ambiente, es fundamental desarrollar con el sector público un trabajo profundo y permanente que permita avanzar en una institucionalidad que regule la industria en estos dos ámbitos.

 

Javiera Trebilcock y Germán P. Fuentes Durán

El objetivo debe será dar a luz una normativa que regule el uso de gases refrigerantes que se utilizan en sistemas de aire acondicionado, la cual debe considerar, como mínimo, el registro del tipo de equipos importados e instalados en el país, además de sus características, tales como cantidad y tipo de refrigerante contenido, registro de fallas, etc. Todo ello con el objetivo de asegurar la necesaria trazabilidad.

Sólo de esa forma será posible dimensionar el desafío ambiental al que nos enfrentamos derivado del gasto energético y potencial liberación de gases refrigerantes que ocurre cuando los equipos son reparados o desechados sin los cuidados y precauciones necesarias.

Dicha institucionalidad también debiera ayudar a conocer el tipo de tecnología que utilizan los equipos y buscar estrategias para fomentar el uso de tecnología Inverter, que tiene mayor eficiencia energética y cuida mejor el medio ambiente. Es que además de la necesidad de conocer el impacto ambiental directo que se puede producir por la posible liberación de gases, es fundamental determinar el impacto indirecto que provoca el uso de tecnologías poco eficientes. Tanto en su uso en modo calor como en modo frío.

Es el momento de perfeccionar las normas chilenas de refrigeración para que incluyan la medición de consumo energético en los sistemas instalados y que exija la generación de un reporte del consumo eléctrico anual. Así podemos conocer dónde se producen ineficiencias para tomar las medidas correspondientes.

También es clave que la institucionalidad exija que las empresas instaladoras de sistemas de aire acondicionado certifiquen la idoneidad de sus procesos y sus técnicos, para lo cual es urgente generar obligatoriedad de los programas de capacitación de quienes instalan y reparan este tipo de equipos y, en lo posible, generar un registro de técnicos y empresas, para conocer realmente la cantidad de prestadores técnicos de servicio que desarrollan labores de mantención e instalación, situación que hoy es desconocida.

Junto a ello es necesario fortalecer los programas de formación de especialistas, en los que el Ministerio de Educación juegue en rol central, a través de la implementación de planes de estudios acorde a las actuales y futuras exigencias del sector. Sin lugar a dudas, el énfasis debe estar puesto en concientizar sobre la importancia de una adecuada manipulación y gestión de los gases refrigerantes, entregando herramientas para aquello.

Como vemos, hay mucho por recorrer, pero con convicción, creatividad y compromiso, podemos lograr grandes avances. Especialmente cuando las estimaciones de los especialistas indican que un adecuado control de gases refrigerantes puede evitar hasta en 20% las causas del calentamiento global.

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