Intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo: El rol del empleador en la SST

15 julio, 2020
Pamela Gana, Intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social.

Visto desde el punto de vista del indicador tradicional, que es la tasa de accidentabilidad, hemos mejorado: en 2019 esta llegó a su mínimo histórico de 3%, lo cual, claramente, indica una situación muy positiva. Pero la SST es mucho más que este indicador y, en ese sentido, observamos con preocupación, por ejemplo, los indicadores de fatalidades. En la siguiente entrevista, Pamela Gana, Intendenta de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social, ahonda en este tema. 

Por Claudia Bravo Cid.

Más allá de la actual pandemia, ¿cómo está Chile en seguridad y salud en el trabajo?

Si bien los trabajadores fallecidos en el trabajo han disminuido, en 2019 se observó que 197 trabajadores tuvieron accidentes en el trabajo con resultado de muerte y en este ámbito lo único aceptable es cero fatalidad. En el caso de accidentes de trayecto, la situación de fallecidos sigue en crecimiento: en 2019 fallecieron 163 trabajadores. 

Por otra parte, en cuanto a las enfermedades profesionales, las de salud mental siguen creciendo y liderando entre las patologías calificadas como de origen laboral (en 2019 el  60% de las enfermedades con días perdidos corresponden al tipo de salud mental), lo que sin duda es muy preocupante. Lo anterior está dando señales de deficiencias en la organización del trabajo y cómo se aborda la salud desde el punto de vista laboral.

Todo esto nos lleva al rol preponderante que debiera tener la prevención de riesgos de accidentes y enfermedades profesionales en el trabajo. Históricamente las prestaciones de SST estuvieron más centradas en el ámbito curativo médico y económico (entregar prestaciones ex post de ocurrido un accidente o una enfermedad), pero ello se debe complementar con un importante rol de la prevención.

¿Quién debe velar por la SST?

El responsable de mantener un lugar sano y seguro es del empleador, según lo establece el Código del Trabajo. En este sentido, nadie es mejor para establecer la política, programa y medidas de prevención que la propia empresa en conjunto con los trabajadores. La participación bipartita (trabajadores y empleadores) es esencial en la prevención. Lo anterior no solo lleva a mejores soluciones, sino que también a un mayor compromiso y acción de toda la organización, con la conciencia de mejores resultados.

De igual forma, a los organismos administradores del seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (Mutualidades e ISL) les corresponde un rol muy importante en esta materia de prevención. Estas instituciones están llamadas a jugar un rol central como expertos en materia prevención, asesorando a las empresas en al menos: la evaluación de los riesgos laborales (tanto de accidentes como enfermedades), el establecimiento de políticas, programas y actividades de prevención. Lo anterior especialmente en empresas de menor tamaño, cuya estructura preventiva puede ser inexistente o de menor conocimiento y experiencia.

Para revisar las estadísticas de SST de 2019 los invito a visitar el sitio web de SUSESO

¿Qué mecanismos legales existen para prevenir y/o proteger a los trabajadores de accidentes laborales o enfermedades del trabajo?

Los instrumentos de prevención son diferentes. Como ya lo mencioné, según nuestra legislación el empleador es el responsable de mantener un lugar de trabajo sano y seguro. Para estos efectos el empleador debiera contar con una evaluación de riesgos de los entornos laborales y tener establecida una política, programa y acciones de prevención de riesgos del trabajo. Además, debe cumplir con lo establecido en los reglamentos relacionados a la SST: Reglamento de Condiciones Sanitarias y Ambientales Básicas de los Lugares de Trabajo (DS 594 del Ministerio de Salud) y Reglamento sobre Prevención de Riesgos Profesionales (DS 40 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social), entre otros. Además, se deben cumplir con los protocolos de vigilancia establecidos por el Ministerio de Salud, los cuales tratan de diversas materias en el ámbito de SST.

Me gustaría resaltar el Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el Trabajo, el cual establece como una obligación la implementación en todos los centros de trabajo de la metodología SUSESO/ISTAS21, que busca evaluar e implementar medidas preventivas en el ámbito de la salud mental. Este es un potente instrumento preventivo que se debe desarrollar de una manera participativa (trabajadores y empleadores) al interior de la empresa. Los invito a visitar el siguiente link de web SUSESO para conocer de este instrumento y su metodología de aplicación. 

Para una mejor claridad de los cumplimientos legales pueden visitar en nuestro sitio web el Compendio de Normas del Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, que compila, integra y actualiza las normas emitidas por la SUSESO en esta materia. En el siguiente link se puede encontrar la herramienta Anexo 2: Autoevaluación Básica de Cumplimiento de Aspectos Legales.

¿Qué tareas quedan pendientes para seguir avanzando en SST?

Como ya lo sostuve, la prevención debe ser puesta en el centro de la SST. Lo anterior evitará que ocurran los accidentes y enfermedades, que se reduzca su gravedad en caso de ocurrir, reducir incidentes con potencialidad de accidentes y fatalidades. Además, se debe buscar que esta prevención sea desarrollada participativamente al interior de la empresa (trabajadores y empleadores), instalando así una cultura preventiva. Esta prevención no solo debe ser mirada desde un punto de vista de la prevención de accidentes, sino que también desde la prevención del desarrollo de enfermedades del trabajo. Esta prevención debe ser entendida de manera integral, desarrollando la evaluación de los riesgos y las medidas preventivas correspondientes, requiriendo la asesoría de las Mutualidades e ISL, según corresponda. En este último sentido es muy importante también que las Mutualidades sigan desarrollando su importancia y acción en materia preventiva, que sean actores relevantes en el apoyo a los empleadores, en especial entre aquellos de menor tamaño y con menor desarrollo preventivo.

Algo importante de entender por parte de los empleadores es que el gasto en prevención es en realidad una inversión: según estudio de OIT, por cada peso gastado en prevención, existe un retorno de 2,2 pesos. Es decir, el impacto no es solo en calidad de vida de los trabajadores, sino que también en los resultados económicos de la empresa. ¡Siempre es mejor prevenir que curar!

¿Cómo la actual pandemia del COVID-19 impacta en estos temas y qué nuevos desafíos trae consigo?

Con el desarrollo de esta pandemia la organización del trabajo está en proceso de cambio. Por un lado está el enfrentar la situación actual de alto contagio en aquellos que continúan en sus lugares de trabajo y cómo trabajan quienes lo están haciendo desde sus casas. En relación a los primeros, es esencial establecer los protocolos de trabajo para evitar el contagio y, nuevamente, esto debe ser desarrollado colaborativamente entre trabajadores y empleadores, revisando los procesos productivos, de atención de público, etc., para detectar los potenciales focos de contagio, cómo estos se contienen y que sean establecidos de forma tal que dejen más tranquilos a los trabajadores respecto de que se está haciendo todo lo posible para protegerlos.

En relación al grupo que está desarrollando el trabajo desde su casa, se debe establecer canales de comunicación continua, reconociendo que esta forma de trabajar a distancia es algo que surgió de manera abrupta y para lo cual no estábamos totalmente preparados (falta de lugares, elementos ergonómicos, tiempo por realización de otras actividades paralelas como cuidado de niños y actividades domésticas).

Adicionalmente, la organización del trabajo cuando se reinicie la actividad laboral (como ya lo están haciendo los países asiáticos y europeos que van más adelantados en tiempo de enfrentar la pandemia), enfrentará importantes desafíos de reorganización. Por una parte, estará un número mayor de trabajadores desempleados que empezarán a realizar trabajos informales, los cuales si bien no están protegidos por el Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, desde el punto de vista de política pública debe ser un grupo a poner atención en materia de SST.

Por otra parte, los trabajadores que retornen a sus trabajos deberán hacerlo en condiciones seguras y eso nuevamente hace necesario que se establezcan protocolos y procedimientos en el trabajo que propicien dicha situación. Si bien las empresas estarán más estresadas por los indicadores económicos, la SST de los trabajadores no debe ser una fuente de “ahorro”, sino que por el contrario debe tener un rol preponderante en la gestión de la empresa. De igual forma, si el trabajo a distancia llegó para quedarse, la mirada de la empresa en materia de prevención de SST de estos trabajadores debe ser analizada y abordada con responsabilidad, entregando las herramientas para que el trabajo pueda ser desarrollado de manera adecuada, velando por trabajadores sanos tanto física como mentalmente.

 

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