¿Qué ha aprendido la minería chilena tras el accidente en la mina San José?
A 10 años del accidente y rescate de 33 mineros en la mina San José, Sernageomin realizó un webinar en el que analizó el estado actual de la seguridad en la minería chilena y de cómo ha reaccionado este sector frente a otros hitos, como la actual crisis sanitaria por Covid-19. En lo que respecta al accidente de Atacama, algunas de las lecciones aprendidas son que nunca la necesidad de producción debe ser más importante que la responsabilidad de proteger a los trabajadores, que las alertas deben analizarse, que la cultura preventiva liderada desde la alta dirección debe permear a toda la organización y que aún hay una brecha de seguridad entre la gran y pequeña minería.
Por Claudia Bravo Cid.
El ministro de minería, Baldo Prokurica, señaló que el accidente en la mina San José marcó un punto de inflexión en la historia de la minería de nuestro país. Explicó que las medidas aplicadas desde este acontecimiento en adelante se han traducido en distintos avances: de 2010 a 2019 hubo un incremento del 308% en la fiscalización y han aumentado significativamente los recursos destinados a seguridad, capacitaciones y regulación de faenas, entre otras acciones.
Minería, desafíos y Covid-19
En lo que respecta a la situación en la minería derivada de la actual pandemia, sostuvo que la minería es una de las pocas actividades económicas que ha mantenido su operación bajo estrictas medidas de seguridad, producto de un gran esfuerzo de trabajadores, empresas, autoridades de gobierno y el propio Sernageomin, que ha debido reforzar sus fiscalizaciones.
“La industria minera ha sido resiliente frente al impacto dela crisis del corona virus, debido principalmente a su alto nivel organizacional y dada la seguridad y seguimiento de rigurosos protocolos, pues solo un 2% de trabajadores de la minería se han contagiado”, afirmó.
Por su parte, Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, destacó que el sector ha sabido responder a grandes hitos que le ha tocado enfrentar. Indicó que a partir del incendio en la mina El Teniente en 1945, llamado “la tragedia del humo” cambió completamente la legislación laboral chilena, con mejoras de higiene industrial y prevención de riesgos. Agregó que el accidente en la mina San José y el Covid-19, son nuevas pruebas frente a las cuales se ha reaccionado de buena manera. “Una cultura de seguridad es fundamental para el éxito de las empresas porque esa cultura permea en toda la organización y en la manera de cómo enfrentar los problemas; es un esfuerzo permanente que no tiene fin”, dijo.
En tanto, Alfonso Domeyko, director nacional de Sernageomin, señaló que este servicio ha aportado a que la minería sea segura, protegiendo la salud y seguridad de los trabajadores y apoyando para que la actividad tenga niveles de sostenibilidad ambiental.
Precisó que tras el accidente en la mina San José se produjo un camino en la cultura de seguridad en la industria minera, que ha visto bajar la tasa de fatalidad y accidentabilidad, aunque reconoció que hay una brecha de seguridad entre la gran minería, con mayores niveles de mecanización e inversión, y la pequeña minería. Añadió que otros desafíos en que se está trabajando son mejorar el capital humano y capacitaciones; potenciar nuevas tecnologías, robotización e inteligencia de datos; actualizar la normativa y lograr un compliance de seguridad minera, que signifique el autocontrol y autogestión de las compañías mineras en materia de seguridad.
En relación a la actual pandemia, planteó que tendrá efectos permanentes en el trabajo diario y en la forma de desarrollarlo para prevenir eventuales contagios.
No anteponer la necesidad de producción sobre la responsabilidad de proteger al trabajador
También participó en este webinar Paul Scholz, presidente del directorio de la ACHS, quien manifestó que el accidente en la mina San José ocurrió porque las cosas no funcionaban adecuadamente; hubo antes de accidentes y antecedentes previos que alertaban de condiciones precarias en el funcionamiento operacional en la mina. Dijo que primó la necesidad económica por sobre la responsabilidad de proteger a los trabajadores, a lo que se sumó la falta de rigor asesor y fiscalizador de los organismos encargados de la tarea, entre otros factores.
Scholz señaló que la principal obligación es del empleador y su liderazgo; la regulación y la fiscalización, las mutualidades, los comités paritarios y los propios trabajadores son elementos de apoyo paras los que lideran y emplean a personas, sin embargo, todos estaban fallando en el marco de sus propias responsabilidades. Los empleadores estaban eludiendo su obligación profesional, legal y ética en cuanto a asegurar un trabajo seguro.
La regulación y la fiscalización estaban en claro déficit en las definiciones del marco de exigencia, así como los recursos para ejecutar un monitoreo adecuado. Los organismos administradores tenían análisis de estancamiento de la reducción de las tasas de accidentabilidad, no habiendo gatillado una reacción oportuna que permitiera seguir promoviendo e impulsando con eficacia modelos de gestión preventiva de excelencia. Y representantes de sindicatos y comités paritarios debían ser más enfáticos y propositivos sobre el cuidado de sus compañeros de trabajo.
Tras estos aprendizajes, el sistema fue revisado de manera profunda, proponiéndose diversas mejoras: generación de una política y un plan nacional para avanzar en seguridad, evolución de la normativa, estándares de prevención con una mirada sectorial, unificación de criterios de fiscalización y más recursos, ampliación de requerimiento de tener un departamento de prevención en las organizaciones y fortalecimiento de la superintendencia de seguridad social.
Concluyó que una cultura preventiva eficaz se refleja en el diseño e implementación de procesos sistemáticos que apunten al control permanente de exposiciones a accidentes y enfermedades profesionales, procurando la mejora continua y cumpliendo con toda la normativa legal vigente, todo esto liderado desde la alta dirección.
Complementando estas afirmaciones, el subdirector (S) nacional de minería del Sernageomin, David Montenegro, celebró los avances logrados en seguridad tras el accidente en la mina San José, aunque agregó que queda mucho camino por recorrer, ya que aún hay trabajadores fallecidos como consecuencia de accidentes laborales.
Por su parte, Luis Urzúa, técnico en propiedad minera de Sernageomin y ex jefe de turno de la mina San José, destacó que la información siempre debe ser analizada, pues en el caso del accidente en esta mina, hubo alertas de que la seguridad estaba fallando, pero no se hizo nada.